Durante el inicio del año escolar, se debe realizar un proceso de adaptación que permita la alegría de llegar a ese nuevo lugar o del regreso después de dos meses de estar en casa. Esa alegría la podemos lograr brindándoles a las niñas y niños motivos para querer volver.
Al encontrar esta bella y llamativa caja,
Guille, el oso polar, fue de gran ayuda para este proceso, estas fueron las actividades y los resultados obtenidos.
TODO EMPEZO POR UNA CAJA...
Al encontrar esta bella y llamativa caja,
se llama la atención de las niñas frente a la misa: ¿De quién es? Sara contesta: "Mía, yo a taje e a cacha" (mía yo la traje de la casa). Pero no, Sara no la llevo al colegio, ella apareció en nuestro salón y teníamos que averiguar quién la había olvidado.
¿La podíamos abrir? Noooooo, no es nuestra, mejor averiguamos por todo el colegio, de quién es...(De esta manera conocemos las instalaciones y algunas personas que trabajan en el colegio).
Dimos un largo paseo, las niñas se turnaban para cargar la caja, de esta manera se trabajaba, el compartir, el dominio corporal, el respeto por el turno y conocimos el cole.
Salimos en busca del dueño |
No es de doña Eliana |
Recorrieron el colegio averiguando de quién era la caja, pero no tenía dueño. A la vez conocieron los diferentes espacios y las personas que en él trabajan.
Después de interrogar a las niñas por donde creían que había llegado la caja, decidimos ir a la recepción y averiguar si por allí había entrado, al revisar el correo encontramos una carta dirigida a las niñas de Pre kínder y en ella nos explicaban que la caja era para nosotras. Así que fuimos a destaparla.
Dentro de la caja encontramos unas pistas para averiguar por un animal del que habían olvidado su nombre, y querían que ayudáramos en saber de qué animal se trataba. Las pistas fueron enviadas a casa para que nuestros padres nos ayudaran a identificarlo y de paso nos enviaran información al respecto.
Tras la información recibida de los padres, descubrimos que se trataba del Oso Polar. Llamamos (llamada ficticia) a un número telefónico que había en la carta , para decir como se llama el animal y nos informaron que por haber ayudado a descubrir el nombre, nos habían enviado un regalo para nosotras y debíamos buscarlo en el colegio.
EXPLORANDO EL COLEGIO EN BUSCA DE NUESTRA SORPRESA
Tras la información recibida de los padres, descubrimos que se trataba del Oso Polar. Llamamos (llamada ficticia) a un número telefónico que había en la carta , para decir como se llama el animal y nos informaron que por haber ayudado a descubrir el nombre, nos habían enviado un regalo para nosotras y debíamos buscarlo en el colegio.
EXPLORANDO EL COLEGIO EN BUSCA DE NUESTRA SORPRESA
Encontramos en la caja a Guille, un hermoso oso de peluche, quien sería la mascota de nuestro salón y con quien viviríamos nuestras nuevas aventuras.